domingo, 12 de agosto de 2012

7 Hábitos para Dirigir tu Vida




El tiempo es el recurso mas importante, quien no lo sabe administrar no sabe administrar nada. 

Está comprobado que solemos perder del orden de 3 horas al día a causa de hábitos que resultan inadecuados. Estos hábitos no sólo producen un agobio en el trabajo sin también afectan a la calidad de nuestra vida.

¿Cómo combatirlos? Cultivando siete hábitos adecuados constructivos que nos ayudarán a gestionar nuestro tiempo y dirigir nuestras vidas. Son fáciles de asimilar pero aplicarlos requiere cierta disciplina. Sin embargo, una vez convertidos en hábitos rinden dividendos durante años.

Si aplicando estos consejos consigues lograr más con menos esfuerzo y aumentar tu calidad de vida, habremos cumplido nuestra meta: ayudarte a alcanzar la tuya.

David W.H. Teague

Decide adónde quieres ir


Es decir, tus Objetivos. Si no decides adónde quieres ir, llegarás a otro sitio que quizás no te guste.

Define, por escrito, de 5 a 9 objetivos. No más, porque te dispersarías; ni menos, porque descuidarías facetas importantes. Piensa en Ti mismo, en tu Familia y en el Trabajo (precisamente en este orden) y fíjate objetivos para cada uno. Serán tus aspiraciones a largo plazo.

Tus objetivos deben ser motivadores, claros, cuantificados, con plazo, compatibles entre sí y retadores pero alcanzables. Escríbelos y mantenlos a la vista: te inspirarán y te guiarán. Ante cada situación nueva o imprevista que te plantee dudas de cómo reaccionar, tus objetivos te permitirán responder del modo más adecuado. Serán tu norte y tu guía.

La eficacia no es cuestión de reloj, sino de brújula. De saber adónde vas.

Decide que debes hacer para llegar allí


Recuerda: sólo cosecharás lo que siembres.

Desglosa tus objetivos en etapas (jalones) estableciendo, proyectos (planes) para alcanzarlos.
 
Asume que no puedes hacer todo cuanto desearías. Eso te obliga a elegir. Tienes todo el tiempo que hay. Pero sólo son veinticuatro horas por jornada. Comienza por el largo plazo. Luego el medio. Y finalmente el corto (la semana). Cuantifica. Fija fechas. Asigna márgenes de seguridad para lo que tenga un plazo.
 
Si quieres que ocurra algo, asígnale un tiempo. Tus proyectos (planes) son los eslabones que te conducirán hacia tus objetivos. Porque las tareas más grandes, al despiezarlas, se tornan asequibles.
 
Programa tiempo para pensar, para innovar, para formarte; y para ti, para cuidar tu cuerpo y tu espíritu. Necesitas un tiempo personal, de descanso, de diversión.
 

Comienza por lo más importante

 

El 20% del tiempo de nuestras actividades produce el 80% de nuestros resultados. Identifica ese 20% y céntrate en él, empezando tan pronto como puedas con los Próximos Pasos que te acercarán a él.
 
Evita la tentación de abordar antes lo que es corto, cómodo, agradable o conocido. Es tentador porque suele ser gratificante. Pero también suele ser poco Importante.
 
Anticipa lo Importante antes de que se convierta en Urgente. Adelántate a los problemas porque si llegan antes que tú, tendrán ventaja. Las urgencias malgastan el tiempo, suelen conducir a soluciones poco elegantes y provocan estrés.
 
Prioriza: lo importante, primero. Tu semana y tu jornada deben estar presididas por lo importante.
 
Perder el tiempo es hacer cosas menos importantes que las que podrías hacer.
 
Dedica al menos dos tercios de tu tiempo a lo importante que aún no es urgente. Porque así evitarás que se convierta en urgente y encontrarás las mejores soluciones para lo que verdaderamente importa.
 



Lo urgente nos lleva al estrés; lo importante, a los objetivos.
Si lo importante es difícil o largo, aíslate. Enciérrate en el despacho o piérdete fuera de él si es preciso. Las interrupciones pueden multiplicar por 20 el tiempo que te lleve una tarea.

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