Las diferencias entre el medio rural y las ciudades son
aun enormes en 2011.
Aunque vivamos en la etapa de la globalización, de la
era de internet, de los vuelos de bajo coste a cualquier
parte del mundo, de los teléfonos móviles con video lla‐
mada, aunque las carreteras hayan llegado hasta los pue‐blos más pequeños de nuestra geografía nacional, aun hay
diferencias importantes entre el mundo rural y el urbano,
diferencias de posibilidades de desarrollo, de formación,
de acceso a la cultura, de formación de empresas y de con‐
solidación de proyectos económicos y personales.
Y es que lo rural sigue siendo para demasiadas personas
que viven en las ciudades sinónimo de atrasado e inculto.
El propio diccionario de la Real Academia de la Lengua
tiene dos acepciones:
- “Perteneciente o relativo a la vida del campo y a sus labores”.
- “Inculto, tosco, apegado a cosas lugareñas”.
Este concepto tan peyorativo, y propio de otra época, es
una piedra en el camino, otra más, para los emprendedo‐
res rurales, para las personas con iniciativa comprometidas
con el desarrollo de su tierra.
Cambiar estos prejuicios no es fácil, es un trabajo de co‐
municación largo, constante y profesional que ya han em‐
prendido diversas asociaciones de desarrollo rural. Y es que
la comunicación es una herramienta fundamentalpara que
cualquier proyecto pueda tener éxito.
Comunicar quién
eres, qué haces, porqué lo haces y cómo lo haces tiene mu‐
chas ventajas. Si tú no comunicas todo esto otro lo hará por
ti, pero seguro que no lo hace igual y la imagen que tendrán
de tu proyecto será distinta de la que te interesa.
Así que éste es el primero de los consejos que puedo
darte: comunica, y hazlo en todas las direcciones y a todos
los públicos a los que les pueda interesar tu proyecto, a
cada uno con un mensaje adaptado a sus circunstancias y
a través de las herramientas más idóneas.
Pero hay otras cuestiones básicas que cualquier em‐
prendedor debe tener en cuenta:
Saber lo que quiere y estar decidido a lograrlo, cues‐
te lo que cueste.
Ir paso a paso, cumpliendo etapas hasta llegar a lo
que siempre tuvimos en mente.
No dejar de ver el objetivo final en el horizonte, aun‐
que en ocasiones no tengamos más remedio que dar un
rodeo.
Tener todos los sentidos abiertos para aprender, co‐
ger aquello que te encuentras por el camino y pueda
ser útil para tu proyecto, colaborar y compartir con
otros emprendedores experiencias y trabajos que os
ayuden a lograr vuestros objetivos.
No caer en el desaliento.
Además de estos principios básicos, para cualquier em‐
prendedor rural es obligado conocer la Ley 45/2007 de
Desarrollo Sostenible del Medio Rural que tiene la misión
de fortalecer alianzas, divulgar experiencias y crear un es‐
cenario en el que todos los actores que trabajan por el de‐
sarrollo rural sosteniblepuedan llevar a cabo sus proyec‐
tos. Es obligado conocer las herramientas de financiación
que crea esta ley y a los grupos de desarrollo ruralque pro‐
mueven y canalizan esas ayudas hacia las iniciativas priva‐
das en las distintas comarcas del país.
Pero es que si tu proyecto se desarrolla en el medio
rural, debe ser:
Sostenible social, ambientaly, por supuesto, econó‐
micamente. En el medio rural se desarrollan actividades
que son fundamentales para nuestra vida y estratégicas
para el propio país: la agricultura, la ganadería, el sector
forestal y la conservación de la naturaleza, la producción
de agua y aire limpio, la protección de la biodiversidad…
Alcanzar la sostenibilidad debe ser un objetivo obligado
de cualquier proyecto, más aún si cabe si se desarrolla
en el medio rural. Solo una nueva relación con el medio
natural en el que vivimos será la que garantice el futuro
del territorio y de todos los que lo habitan.
Debe ser útil a la sociedaden la que quieres desarro‐
llarlo. Aunque el objetivo final legítimo de cualquier
empresa sea obtener un beneficio económico, en el
medio rural el éxito de cualquier proyecto empresarial
debe venir de la mano del beneficio social. En la me‐
dida en que la sociedad gane así ganará tu proyecto.
3. Debe formar parte de la sociedad. Se trata de crear
un proyecto que revitalice el pueblo donde se desarro‐
lla, que ayude a fijar la población rural a sus lugares de
nacimiento y que promueva una nueva forma de vida
digna y con posibilidades de desarrollo.
Aprovechar las ventajas de vivir en el medio rural: re‐
laciones sociales más directas, conocimiento del medio,
el entorno natural, la forma y la calidad de vida, el valor
de los productos… debe ser un proyecto adaptado a las
circunstancias sociales, económicas e incluso tecnológi‐
cas del lugar donde se vaya a implantar.
Ponerle corazón.Un proyecto en el medio rural no es
solo personal, acaba siendo un proyecto de desarrollo para todos los demás.
Tu proyecto debe ayudar a crear
comunidad.
Es ese medio natural, modelado y conservado por los
habitantes rurales desde hace siglos, el que ha querido
conservar la Unión Europea con la red Natura 2000, el es‐
pacio natural protegido que atraviesa toda Europa para
conservar sus ecosistemas más frágiles y en peligro. No se
trata de crear islas de conservación al margen de las per‐
sonas que viven allí, más bien al contrario, se trata de po‐
tenciar esa relación beneficiosa para ambos.
Es una opor‐
tunidad de conservar lo más valioso de nuestro patrimonio
natural y de permitir el desarrollo de las personas y pobla‐
ciones que viven allí.
Queremos crear comunidad y formar parte de ella.
Queremos ser el escaparate de las ideas, los esfuerzos y
los logros de las personas comprometidas con el medio na‐
tural y con las gentes que lo habitan.
Hay una vanguardia social y profesional
que trabaja por un cambio mental y emocional en el
mundo rural. En el corazón de ese cambio queremos estar
siempre nosotros.
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